COMENTARIO:

LÁMINA I

Catedral de Girona, siglo XIV-XV, estilo gótico aragonés.

En el área catalano-aragonesa existe una mentalidad presidida por un intenso pragmatismo, debido a la intensa actividad económica existente, y que tendrá su plasmación en el peculiar modelo arquitectónico gótico: se prescinde del exceso de ornamentación. En cambio, centrado el interés constructivo en los logros técnicos, se alcanzará un sorprendente dominio de la ingeniería constructiva (de forma análoga a lo que sucedió durante el período de hegemonía del Císter). Por otra parte, el hondo sentimiento mediterráneo llevará a buscar las disposiciones horizontales en los edificios, antes que la verticales, como era usual en el gótico.

Sus catedrales, por tanto, son de canon alargado, sin predominio de la verticalidad, que no resulta marcada por ningún elemento al exterior (no hay vemos en el plano, arbotantes -salvo en el testero o cabecera de la iglesia, en forma de un gran ábside-, ni en correspondencia pináculos.

La distribución interior es muy inteligente, y trata de resolver problemas prácticos, como el de la comunicación y visibilidad entre los fieles y el oficiante.

En general, en el gótico catalano-aragonés existe una mínima diferencia de altura entre las tres naves, que evita la necesidad de recurrir a arbotantes, aunque ello exige un reforzamiento de los contrafuertes. En nuestro caso, es claro, no hay más que una nave, pero de la misma forma vemos gruesos contrafuertes que no de dejan notar al exterior (el paramento, visto desde fuera, es sumamente regular, y apenas está recorrido por leves molduras), sino que de forma muy inteligente se aprovecha el espacio entre contrafuerte y contrafuerte para crear pequeñas capillas, radiales en el cabecero, y perpendiculares a la nave en el resto del templo. Lo que pudiera ser un estorbo (gruesos contrafuertes) se torna útil.

El resultado estético es una simplicidad sobrecogedora, que proporciona solemnidad inusitada. Las ventanas, como se ve en el plano, son pequeñas, esbeltas, dando como resultado un interior oscuro (si se compara con la catedral gótica francesa)

No está muy claro si el gótico catalán es una influencia del Císter, arraigado en todo el reino, y de las iglesias del Languedoc. Pero Piere Lavedan sostiene lo contrario: que las iglesias del Languedoc están inspiradas pro las catalanas.

El grupo principal de iglesias catalanas se realiza en el XV: la más antigua es la de Barcelona (cuya fachada, neogótica, se reconstruye en el siglo XIX)

La de Girona comenzó su construcción, como era normal, por la cabecera. En la cabecera se imitaba el modelo de la de Barcelona. pero en 1416 se aceptó un proyecto disparatado, para los cánones de la época: G. Bofill propone simplificar las tres naves en una sóla, de 22 metros de ancho, dotada de extraordinaria visibilidad (concebida como una nave-salón), y un prodigio de ingeniería constructiva, muy funcional.

Lámina II.

Almacenes Carson, de 1899, por Louis Sullivan. Se trata de un arquitecto de la Escuela de Chicago (que había tenido sus precedentes en: la arquitectura del hierro: Henri Labrouste y su Biblioteca Nacional en Francia; la labor de las Exposiciones Universales en el desarrollo de la ingeniería de los nuevos materiales, con autores como Gustave Eiffiel, u obra como el Palacio de Cristal de Paxton, en Londres, de 1850)

La Escuela de Chicago creará edificios liberados del canon europeo, dada la inexistencia de un pasado arquitectónico que hubiera que respetar, con alturas inusitadas.

El pionero de dicha corriente fue Henry Hobson Richardson, arquitecto de los Almacenes Marshall, y quien implantó en el último cuarto del siglo XIX un estilo caracterizado por una gran sobriedad y rotundidez volumétrica, que los Almacenes Carson toman como referente.

Es preciso recordar el incendio de la ciudad en 1877, y la necesidad de construir de acuerdo a nuevos postulados arquitectónicos (respuesta a la mayor demanda sobre el terreno) y en poco tiempo, mediante sistemas modulares.

Le Baron Jenney, Daniel Burnham y otros arquitectos se sitúan también en la misma línea de dominio de la técnica y el funcionalismo.

Louis Sullivan piensa que las proporciones deben nacer de la estructura del edificio, y no al revés, como hasta entonces era usual en la arquitectura esteticista europea: antepone la funcionalidad a la estética, premonición de lo que será la arquitectura racionalista del siglo XX. En los Almacenes Carson, rascacielo apaisado (en el que se inspira Le Corbusier para su "Unidad de Habitación" de Marsella), en el que no se disimula la estructura constructiva (sino que se hace explícita), juega con la rima entre el canon del conjunto de cada una de las fachadas (nótese la desaparición de la idea de fachada principal) y el canon de las ventanas, apaisadas, efecto estético luego continuado en multitud de edificios.

También el techo a dos aguas ha desaparecido, siendo sustituido por una línea de imposta gruesa en la parte superior del edificio. Sus logros arquitectónicos y de ingeniería (la pared pierde función sustentante), pero sobre todo la liberación de cánones estéticos, son por parto un preludio de modelo de rascacielos.

Lámina III

Busto de Luis XIV, por Bernini.

En 1664 llegó a París llamado por el rey para encargarse de la construcción del ala oriental del Louvre, aunque su proyecto será derrotado por uno francés, por lo que el viaje no tuvo ningún éxito. Sin embargo, dejó esculpido este retrato del monarca, que crearía todo un modelo de retrato barroco (frente a la escasez de modelos similares en el Renacimiento, el retrato de busto se esculpirá con cierta frecuencia en el Barroco).

Independientemente del canon del modelo, conviene señalar algunas características formales que lo hacen especialmente importante: